Alberto Melián: “Hay muchos fisioterapeutas que tratan ya a los pacientes a través de la telefisioterapia”

El vicedecano del Grado en Fisioterapia del Campus de Madrid, Alberto Melián Ortiz, lleva la vocación asistencial en su ADN. Su formación en la antigua Escuela Universitaria Salus Infirmorum (1994-1997) y posterior doctorado (2018) en esta disciplina no solo le delatan, sino que le reafirman con el trabajo desempeñado como tutor de prácticas en el Hospital FREMAP-Majadahonda (Madrid) durante 23 años. En estos momentos, compagina la docencia universitaria y el deporte con su otro “gran trabajo”: su familia.

Pregunta (P): ¿Cómo ha afectado la pandemia a los procesos terapéuticos?

Respuesta (R): Ha afectado mucho, como a la gran mayoría de los sectores de la población. Justamente, hace un año, la Conferencia Mundial de la Fisioterapia publicó un informe donde se comentaban aspectos muy relevantes. Se hicieron encuestas a fisioterapeutas a nivel mundial preguntando esto mismo y, si nos centramos sobre todo en Europa -y más concretamente en España-, el 92/95 % de las clínicas privadas y centros ambulatorios tuvieron que cerrar durante los tres primeros meses duros de la pandemia.

 

Durante ese tiempo, muchos de los fisioterapeutas perdieron su trabajo y, a posteriori, incluso cuando se reanudó la actividad asistencial, los pacientes tenían miedo al contagio y no acudían a ser tratados. Por este motivo, muchos compañeros del ámbito privado y autónomo se quedaron en paro.

 

Además, en España se dio el caso del problema de abastecimiento del material de protección que generó que los pacientes fueran muy reticentes a asistir a los centros sanitarios. Esto se intentó solventar con la telesalud o telefisoterapia, modalidades que en nuestro país no están muy arraigadas.

 

Además de todo esto, muchos pacientes con procesos crónicos, vieron mermada esa atención porque la prioridad era el paciente Covid. Hay compañeros del ámbito hospitalario que tuvieron que aprender técnicas de fisioterapia respiratoria para subir a las UCIs y tratar a este tipo de pacientes sin ninguna formación previa porque no era su ámbito profesional. 

 

(P): ¿Hacia dónde se dirigen las nuevas tendencias de la Fisioterapia?

(R): Una de ellas es precisamente esta: la telefisioterapia. Ya hay muchos canales y muchos fisioterapeutas que tratan a los pacientes a través de técnicas del ejercicio terapéutico. Evidentemente, no se les puede tratar de forma manual, pero sí desde el punto de vista virtual y hay que ponderar al paciente a que se haga cargo de su propia recuperación. 

 

Aquí, vivimos en una cultura donde estamos muy acostumbrados al contacto y somos muy reticentes a ello. Por lo tanto, hay que animar a la sociedad al uso de otros canales que no sean la asistencia directa a un centro de fisioterapia porque hay otros tipos de terapia que se pueden hacer a distancia.

 

(P): Nuevos retos a los que se enfrenta esta disciplina

(R): La fisioterapia en España está muy reconocida como nombre, pero a nivel salarial está bajo mínimos. Hace poco tiempo leí un artículo donde esta disciplina era la tercera formación universitaria en España peor remunerada y eso que tenemos una actividad asistencial enorme. Por lo tanto, creo que nuestro colectivo debe luchar por mejorar eso e intentar alcanzar las especialidades con las que cuentan otras profesiones sanitarias, como la enfermería o la medicina.

 

(P): ¿Cuáles son las nuevas salidas profesionales para los titulados en Fisioterapia?

(R): A día de hoy hay tres campos de la fisioterapia que tienen muchas salidas profesionales porque hay muchos pacientes que requieren de su actuación. Se trata de la fisioterapia uroginecológica, la fisioterapia oncológica y la fisioterapia cardiorespiratoria, que ahora tiene un boom especial por el tema del Covid persistente. Hay muchos pacientes que requieren a día de hoy de técnicas de fisioterapia respiratoria por todas las secuelas que ha dejado la pandemia.

 

(P): ¿Qué mensaje le daría a aquellos jóvenes que deseen estudiar Fisioterapia en la UPSA?

(R): Lo primero, les diría que vengan a conocernos al Campus de Madrid. Tenemos un edificio muy bien ubicado en el centro de la ciudad. 

 

Respecto a las ventajas de estudiar con nosotros, lo centraré en tres aspectos: uno de ellos, -que puede parecer una debilidad, pero que para nosotros es una gran fortaleza- es el número reducido de alumnos. Nosotros solo aceptamos la matriculación de 45 alumnos, lo cual permite dar un trato muy personalizado. Esto se traduce, a la hora de la docencia, en que en el ámbito de la práctica clínica nos aseguramos de que cada tutor tenga exclusivamente un alumno y no haya cinco o seis estudiantes con cada uno de ellos.

 

Otra ventaja que ofrecemos es que somos la universidad de Madrid, incluso de España, con mayor número de horas de prácticas clínica real con paciente. Hay muchos centros que incluyen, dentro de esas horas de práctica clínica, las horas de práctica en aula, las cuales no son prácticas con paciente real (esas se hacen entre los compañeros). Nosotros, con paciente real, ofrecemos 1.260 horas de práctica clínica real hospitalaria y asistencial.

 

Y, por último, es el cuerpo docente. Nuestros profesores no solo son buenos docentes, sino buenos profesionales que trabajan en el ámbito asistencial y trasladan su experiencia clínica a las aulas. Estos compañeros por las mañanas están en sus centros de trabajo y, por las tardes, en las clases teóricas, lo cual ayuda a transmitir esa experiencia.