Amalia López Acera: “Pocas veces se hace comunicación de servicio público pensando en lo que realmente necesita la ciudadanía”

Su sonrisa es su sello de presentación y la honestidad consigo misma y con los demás es su valor más importante. Amalia López Acera transmite confianza y no es casualidad que su profesión como periodista le haya llevado a trabajar en una institución en la que la transparencia es clave, en la Agencia Valenciana Antifraude. Amalia es experta en decir a las administraciones públicas cómo comunicar, labor que le ha otorgado el reconocimiento como ‘Mejor comunicadora de 2022’ por el periódico 'Actualitat Valenciana'. Incansable. Amalia se plantea ahora nuevos retos, como cursar el doctorado, preparar la Media Maratón de Valencia y de Murcia, o conseguir mayor visibilidad para las mujeres dentro y fuera de las instituciones públicas.

Pregunta (P): ¿Qué implica trabajar como responsable de comunicación de una institución pública que persigue el fraude y la corrupción?

 

Respuesta (R): Supone todo un reto ya que apenas hay instituciones de este tipo en España y, por tanto, no hay ejemplos o referentes en los que fijarte. Fue precisamente esto lo que me llevó a aceptar este puesto.

 

El tema de la lucha contra el fraude y la corrupción es muy complejo ya que hay que lidiar con muchos intereses tanto políticos como periodísticos y, además, conjugarlo con la confidencialidad que requieren las investigaciones. 

 

Además, más allá de los casos de investigación que son los que más interesan a los medios de comunicación, está la parte de prevención y formación que realiza la Agencia para crear una ética e integridad pública. Esta parte me parece más interesante para comunicar a la ciudadanía.

 

P: ¿En términos generales, las administraciones públicas comunican bien o falta mucho por hacer?

 

R: Las administraciones públicas comunicamos mal porque nunca hemos tenido la necesidad de comunicar más allá de la atención presencial. La implantación de la administración electrónica está eliminando esa atención presencial como principal canal de comunicación con la ciudadanía por lo que necesitamos nuevos canales para comunicarnos, especialmente, en el entorno digital.

 

Tenemos además un problema añadido y es que lo que casi siempre se hace desde la administración es comunicación política, es decir, la comunicación del político o política de una institución y pocas veces del servicio público pensando en lo que realmente necesita la ciudadanía.

 

Esta es una de las razones por las que no funcionan los perfiles en Facebook, en Twitter o Instagram de las administraciones, porque, en vez de encontrar información de interés el ciudadano, lo único que encuentra es una sucesión de fotografías y vídeos de alcaldes, ministras y políticos.

 

Para esa comunicación política, los políticos tienen sus propios perfiles o los de sus partidos pero los perfiles institucionales de las administraciones están para servir a la ciudadanía. De hecho, ya tenemos una Sentencia, la conocida como #PageCumple, en la que por primera vez se ha condenado a un gobierno autonómico por hacer política en las redes sociales institucionales.

 

P: Ha sido nombrada ‘Mejor Comunicadora del Año’ por el periódico Actualitat Valenciana ¿Qué cualidades tiene que tener un buen comunicador?

 

R: Empatía, pasión por su trabajo y curiosidad por todo lo que ocurre en nuestro mundo.

 

 

P. Fue vicepresidenta de la Asociación de Mujeres en el Sector Público ¿Es necesario seguir visibilizando el trabajo y el talento de las funcionarias?

 

R: Partiendo de la realidad que la situación laboral de hombres y mujeres en la administración es, sin duda, mucho mejor de lo que encontramos en el sector privado, también es cierto que todavía queda camino por recorrer.

 

Por poner un ejemplo. Si nos fijamos en el acceso a la función pública, esta se rige por criterios de igualdad, mérito y capacidad las mujeres y ahí accedemos las mujeres en mayor número. Pero después, dentro de la administración, cuando hay que elegir a personas que ocupen puestos directivos, nos damos cuenta que sólo el 30% de esos puestos está ocupado por mujeres. Algo está pasando.

 

Podríamos hablar de otras cuestiones como peores salarios en puestos de una misma categoría profesional y que están más “feminizados”, como los de servicios sociales con respecto a aquellos tradicionalmente más “masculinizados”, como pueden ser los de urbanismo.

 

Además, las administraciones públicas tenemos una gran capacidad para ayudar a mujeres que están fuera de la administración. Una propuesta de la Asociación fue que quien quiera organizar un congreso o jornada no reciba dinero público si no se garantiza una participación de mujeres ponentes de al menos del 50%. Queda sin duda mucho por hacer.

 

P. ¿Qué consejos puede aportar para los alumnos de la Facultad de Comunicación de la UPSA que próximamente comienzan su carrera profesional?

 

R: Pasión, pasión y pasión.