Gloria Salgado: “Los mitos en torno a la maternidad y el estigma de los trastornos mentales en el posparto dificultan a la mujer pedir ayuda”
La psicóloga Gloria Salgado Santamaría, antigua alumna de la Facultad de Psicología de la Universidad Pontificia de Salamanca, comparte su visión sobre los desafíos a los que se enfrentan las mujeres ante el estigma social asociado al trastorno posparto. Su labor como investigadora profundiza en cómo este estigma influye en la búsqueda de ayuda profesional y en la importancia de ofrecer intervenciones tempranas y accesibles. Apasionada de la psicopatología experimental y de los procesos básicos de la mente, combina su vocación científica con un profundo interés por el bienestar emocional y la mejora de la salud mental. Destaca la importancia de la empatía, la creatividad y la curiosidad como motores para comprender mejor al ser humano y construir una sociedad más solidaria.
Pregunta (P): Recientemente, ha recibido el Premio Nacional de la Fundación Salud y Persona de Investigación en Salud Mental 2025 por su Doctorado. En la entrega de la distinción, se destacó su dedicación, esfuerzo e impacto social en el bienestar de la salud mental. En sus palabras, agradeció de forma especial que se fomentara la investigación en las etapas más tempranas porque es “cuando más se necesita”. ¿Cree que son insuficientes las ayudas y las iniciativas de distintas entidades para poder investigar en el ámbito académico, tan competitivo en la actualidad?
Respuesta (R): Desde mi punto de vista, la financiación a la investigación es insuficiente en general. Muchos compañeros realizan su tesis doctoral sin contrato, algo que no se concibe en otros lugares de Europa. Por otro lado, los salarios de los investigadores no se corresponden con el nivel de estudios y especialización, convirtiendo la carrera investigadora en bastante precaria. Esto, sumado con la inestabilidad laboral de los jóvenes investigadores, dificulta planificar a largo plazo, tanto en investigación como en la vida personal. Me da pena que muchos investigadores españoles se vayan a otros países por esta limitación. Creo que sería fundamental apostar por invertir más en innovación, y que las instituciones comprendieran que para fomentar una carrera investigadora sólida se necesita estabilidad, colaboración y más oportunidades.
(P): Ahora, forma parte de un proyecto I+D+i de la Universidad Complutense de Madrid y la UPSA. Explique brevemente en qué consiste.
(R): El proyecto en el que se encuadra mi tesis doctoral está centrado en el bienestar maternal en el posparto. Por un lado, busca ampliar conocimientos en el área experimental respecto a la depresión posparto, encontrar qué procesos psicológicos básicos están afectados en este problema y cómo modificarlos. En concreto, en el laboratorio medimos sesgos atencionales hacia expresiones emocionales infantiles y cómo las alteraciones en este procesamiento afectan al vínculo madre-bebé.
Por otro lado, también tiene como objetivo validar una intervención psicológica online para estas madres, con el fin de poder aportar alternativas breves y eficaces a los síntomas de depresión posparto.
(P): La depresión posparto posee una prevalencia de entre un 15 y un 25% en las mujeres en el primer año tras tener a su bebé. ¿Cuáles pueden ser señales inequívocas de que está impactando este acontecimiento vital en la salud mental de las mujeres?
(R): Sí, en España la prevalencia es muy alta, especialmente en mujeres vulnerables, por ejemplo, las mujeres migrantes. Aunque el posparto no es fácil, ya que implica cambios físicos, hormonales, emocionales y sociales intensos, no todas las mujeres que se sienten tristes o sobrepasadas en este momento tienen depresión. La depresión posparto se manifiesta cuando la mujer tiene un malestar psicológico que interfiere en su vida cotidiana.
Los síntomas comunes pueden ir desde una tristeza profunda, falta de energía, culpa, desconexión emocional con su bebé hasta irritabilidad, ansiedad intensa o incluso ideación suicida. Lo complejo de este problema es que los mitos en torno a la maternidad y el estigma de los trastornos mentales en esta etapa dificultan a la mujer pedir ayuda. Muchas veces la madre oculta su malestar, dificultando el diagnóstico temprano y la intervención por parte de los servicios de salud.
(P): Trabaja en la investigación psicológica y estudia la posibilidad de modificar los patrones que afectan al proceso del vínculo entre la madre y el bebé. ¿Cómo pueden cambiarse? ¿La tecnología es un aliado en este proceso?
(R): El vínculo madre-bebé en la etapa perinatal es un proceso dinámico y progresivo, basado en el contacto temprano, la interacción afectiva y el apoyo social, y es fundamental para el desarrollo emocional y físico del niño. Cuando este vínculo se ve afectado porque la madre no se encuentra bien psicológicamente, las intervenciones individuales o grupales han mostrado ser eficaces, pero todo ello de forma transversal a intervenir en los problemas de salud mental materna cuanto antes. Por supuesto que la tecnología puede ser un aliado, tanto para ofrecer programas terapéuticos online, formar grupos de apoyo entre mujeres o como herramienta innovadora en investigación. Una de las líneas futuras en las que estamos trabajando es en la modificación de sesgos atencionales para reducir vulnerabilidad, aunque todavía falta mucha investigación al respecto.
(P): Estudió Psicología en la UPSA. ¿Qué le impulsó a cursar sus estudios en la Universidad? y ¿qué aspectos son los que más valora de la Universidad?
(R): Cuando empecé Psicología no me imaginé que me dedicaría a la investigación. Elegí esa titulación porque, además de ser una forma de ayudar a otros, quería comprender la conducta de las personas, desde el nivel más social a los más elementales de funcionamiento de la mente. Tenía muy buenas referencias de la UPSA, y lo que más valoré durante mis estudios fue la calidad de la docencia. El entorno universitario también es un factor importante para mí, tanto el poder estudiar en unos edificios históricos tan bonitos como el poder formar parte de grupos universitarios, por ejemplo, el Coro Tomás Luis de Victoria.
(P): ¿Cuál fue la asignatura favorita o la temática que más le gustó?
(R): Cuando era estudiante de grado me encantaban la Psicología Social y la Psicología Biológica. Siempre me he interesado por el comportamiento animal (etología) y cómo podemos estudiar el aprendizaje, la conciencia o las estructuras sociales humanas en relación con otras especies. Esta perspectiva evolutiva que nos ayuda a comprender el cerebro humano, junto con la perspectiva social de otras asignaturas, me han llevado a tener curiosidad por cómo las bases biológicas del comportamiento se entrelazan con nuestra realidad social y cultural. Destacaría el impacto que tuvo la profesora Teresa Sánchez en mi formación, su calidad docente y su inspirador amor por el conocimiento fueron elementos clave en mi formación.
(P): ¿Hacia dónde cree que se dirigen las nuevas tendencias en el ámbito de la Psicología?
(R): Actualmente, la Psicología es cada vez más multidisciplinar, engloba perspectivas como la neurociencia, la inteligencia artificial, la ciencia de datos, etc. Creo que cada vez será una disciplina más integradora, y mi único deseo es que no se pierda de vista la perspectiva ética y filosófica. El uso de nuevas tecnologías debería llevarnos a promover el bienestar, la igualdad de oportunidades y el cuidado de los demás.
(P): ¿Qué le recomendaría a un estudiante que está dudando en cursar o no con nosotros el Grado en Psicología en el futuro próximo?
(R): La carrera de Psicología es una carrera vocacional, estudiarla en la Universidad Pontificia de Salamanca ofrece un entorno cercano, de calidad y de valores éticos y humanos. Le recomendaría estudiar en la UPSA sin ninguna duda, y también le recomendaría ampliar su etapa universitaria con participación en grupos de voluntariado, colaboración investigadora o participación cultural o deportiva.