Juan Antonio Ruiz Rodrigo: “Siempre pensaba que la guerra era algo que se narraba en los libros de historia”

El Instituto Español Bíblico y Arqueológico (IEBA) de Jerusalén -Casa de Santiago- siempre ha sido, hasta la fecha, un referente por los avances en las investigaciones, la supervisión de las excavaciones autóctonas y los fructíferos convenios con otras entidades e instituciones para avances arqueológicos. Lo que no estaba en la agenda de sus responsables, pese a estar en una zona de continua calma tensa, era que todo ese trabajo quedaría paralizado el pasado 7 de octubre tras el estallido del conflicto bélico entre Israel y Palestina. Esta entrevista al director del IEBA, Juan Antonio Ruiz Rodrigo, debería haber sido monográfica sobre los proyectos que allí se desarrollan, pero la actualidad manda y la mirada, de un día para otro, nos obliga a focalizar el interés por otros motivos en este pequeño punto de Oriente Próximo. Ruiz Rodrigo, recién llegado a España, nos cuenta con el corazón en un puño, cuáles han sido sus vivencias desde que aterrizara en Tierra Santa en el año 2020 y muestra su preocupación por aquellas personas a las que considera familia que han quedado en la zona del conflicto. Para este sacerdote manchego, al igual que el para el Papa Francisco, solo hay una prioridad: tomar partido por un único bando, el de la paz, y procurar que la Casa de Santiago vuelva a ser pronto hogar y punto de encuentro para los biblistas y arqueólogos españoles.

Pregunta (P): ¿Cuál es la situación y función en estos momentos del IEBA? ¿Queda alguna persona residiendo allí? ¿Está sirviendo de punto de acogida o ayuda a civiles?

 

Respuesta (R): Desde el sábado 7 de octubre que nos despertamos en Jerusalén con el sonido de las alarmas antiaéreas y con la terrible noticia de que Israel declaraba el estado de guerra tras sufrir el mayor ataque desde Gaza -5.000 cohetes lanzados y la infiltración de palestinos armados-, la actividad de investigación de nuestro Instituto Español Bíblico y Arqueológico quedó paralizada. 

 

En ese momento, se acababa de marchar un grupo de investigadores y esperábamos para los días siguientes la llegada de otro grupo de profesores y arqueólogos que venían a sacar adelante sus proyectos de investigación. Pero todo se vio interrumpido por la trágica situación que empezábamos a vivir. Las recomendaciones desde el Consulado General de España en Jerusalén eran que no permitiéramos la llegada de investigadores a Jerusalén precisamente en estos días en que estaban intentando evacuar a los españoles. Además, la ubicación de la actual Casa de Santiago, donde tiene su sede el Instituto Español Bíblico y Arqueológico, en la Jerusalén Este, junto al muro que separa Israel de Palestina, no es favorable en estos momentos para la acogida de nuestros investigadores.

 

(P): ¿En qué tipo de proyectos estaban ustedes en el momento en el que surge el ataque? ¿Cuál ha sido hasta ese momento la función primordial del IEBA?

 

(R): Nos encontrábamos organizando algunas jornadas de exégesis y arqueología bíblica, un curso de síntesis bíblica y arqueológica para los seminaristas de España en colaboración con el secretariado de seminarios de la Conferencia Episcopal Española, así como impulsando los diferentes proyectos de investigación de un grupo de profesores y doctorandos españoles becados por la Universidad Pontificia de Salamanca, además de las tareas habituales en las excavaciones arqueológicas vinculadas a nuestra Institución. 

 

El objetivo irrenunciable del Instituto Español Bíblico Arqueológico (Casa de Santiago) siempre ha sido fomentar y potenciar la investigación bíblica y arqueológica en Israel y Palestina, hasta el punto de convertirse en un referente para los estudios bíblicos y arqueológicos en España. Sin embargo, a lo largo de sus 68 años de historia, esta actividad se ha visto interrumpida en diversas ocasiones debido a los acontecimientos bélicos, como el que nos encontramos viviendo en estos momentos.

 

(P): ¿Los ataques han afectado a las excavaciones arqueológicas?

 

(R): Actualmente, hay dos proyectos arqueológicos que, desde hace algunos años, están apoyados por la Casa de Santiago. El primero es el Proyecto Llanura Sur de Akko, situado en la zona costera del moderno Israel, al pie de la cara norte del Monte Carmelo y al oeste de las últimas estribaciones de los montes de la Baja Galilea, y que tiene como objetivo conocer mejor las relaciones entre los cananeos de la costa y del interior durante el periodo del Bronce final (1.500-1.200 a.C.), y las relaciones entre los fenicios y los israelitas durante el periodo del Hierro (1.200-586 a.C.). En estos momentos, se había programado una segunda fase de este proyecto arqueológico, en la que se reanudarían excavaciones en Tel Regev. Estaba previsto que fuera un trabajo conjunto de Saint Louis University (campus de Madrid) y de la Universidad de Haifa, que cuenta con la colaboración de la Universidad Internacional SEK de Ecuador y el IEBA de Jerusalén (Casa de Santiago), en el que participaran profesores y estudiantes de la Universidad CEU-San Pablo de Madrid y de la Universidad eclesiástica de S. Dámaso, entre otras instituciones. 

 

Además, desde hace años, la Casa de Santiago ha apoyado el Proyecto arqueológico de Tell el-Fara, en Cisjordania. Esta excavación arqueológica, que cuenta también con el apoyo del Ministerio de Cultura, el Consulado General de Jerusalén (AECID) y la Fundación Palarq, es un proyecto internacional en el que participan la Universidad de A Coruña, la Universidad Nova de Lisboa y el Ministerio de Antigüedades y Turismo de Palestina. Se trata de un yacimiento bíblico que se ha identificado habitualmente con la ciudad de Tirsá, fundada por el rey Jeroboam. Este año, el equipo formado por ocho investigadores (españoles y portugueses) había planteado llevar adelante la quinta campaña arqueológica en Tell el-Far’a, que consistiría en una excavación arqueológica en un área del sector occidental del yacimiento con un nuevo sondeo estratigráfico de la excavación. Este trabajo tenía como finalidad estudiar los niveles de ocupación del Hierro y Bronce Medio, así como una prospección arqueológica selectiva y estudios de toponimia en el Wadi el-Far’a, y la limpieza, consolidación y re-excavación de una vivienda de la Edad del Hierro y de parte de la muralla de la ciudad. Sin embargo, ambas campañas arqueológicas no se han podido llevar adelante a la espera de cómo evolucione la situación actual de Israel y Palestina.

 

(P): ¿Cómo ha sido su regreso a España? ¿Qué análisis hace del futuro de la situación en Israel y Palestina y cómo puede llegar a afectar el conflicto a Occidente?

 

(R): No tenía una decisión firme de volver a España, pero viendo que la situación se iba agravando cada día más y que las orientaciones por parte de las autoridades eran regresar a nuestro país, me embarqué en uno de los aviones militares que fletó España, a la espera de que la situación se tranquilice. Me encuentro bien, pero preocupado por la incertidumbre de no saber cómo evolucionarán los acontecimientos. También estoy alarmado por la enorme espiral de violencia que apunta a una escalada descontrolada y triste por tanta gente querida que se ha quedado allí en medio de esta situación de sufrimiento. 

 

Siempre pensaba que la guerra era algo anacrónico, que se narraba en los libros de historia. Sin embargo, he podido comprobar tristemente cómo el ser humano todavía recurre a la violencia para conseguir unos objetivos. Además, es lamentable ver cómo en muchas partes del mundo el conflicto árabe-israelí está muy politizado, con una visión muy sesgada de la realidad: un bando que apoya a Israel, y el otro, al pueblo palestino. Ciertamente, son dos partes muy radicalizadas, que se odian mutuamente, y que quieren todo o nada. El Papa Francisco nos invitaba hace unos días en la audiencia pública a tomar partido en este conflicto decantándose únicamente por un bando: el de la paz.

 

(P): ¿Qué papel tiene la Universidad Pontificia de Salamanca en Jerusalén? ¿En qué aspectos podría la Universidad ayudar a paliar los efectos de la situación?

 

La Casa de Santiago está gestionada académicamente por la Universidad Pontificia de Salamanca, que es la Universidad del Episcopado español. Es un centro de la Iglesia española, al servicio de la investigación bíblica y arqueológica, con una larga e interesante trayectoria en la promoción de los estudios bíblicos y orientales, en colaboración con las instituciones académicas especializadas en Tierra Santa. De este modo, la dirección de la Casa de Santiago -que depende de la Conferencia Episcopal Española, y del rectorado de la Universidad Pontificia de Salamanca, a través del Instituto Español Bíblico y Arqueológico- debe continuar procurando que esta Casa siga siendo hogar acogedor, lugar de encuentro y ambiente propicio para el estudio y la investigación entre los biblistas y arqueólogos españoles. Sin embargo, en esta situación tan difícil en Tierra Santa, solo podemos ofrecer humildemente nuestro apoyo a tanta gente que sufre, y trabajar y rezar por la paz.

 

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Visita del Cardenal Omella, presidente de la Conferencia Episcopal Española, junto a algunos investigadores de la Casa.

 

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Celebración de la fiesta de Santiago titular de nuestra Casa, junto a Mons. Shomali, Obispo auxiliar del Patriarcado Latino; el Cónsul General de Jerusalén y su esposa, y otros miembros del Consulado General de España en Jerusalén, el pasado 25 de julio de 2023.

 

Fotos cedidas por Juan Antonio Ruiz Rodrigo. 

Foto de Portada: Visita a nuestra Casa de Santiago por parte de la Asamblea de Ordinarios de Tierra Santa en Jerusalén.