La Facultad de Psicología dedica una conferencia a las aplicaciones clínicas de la hipnosis

El psicólogo clínico y profesor de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) Héctor González Ordi pronunció ayer en el Auditorio San Juan Pablo II de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) la conferencia 'Aplicaciones clínicas de la hipnosis', organizada por la Facultad de Psicología. La sesión, presidida por la decana de la Facultad, Teresa Sánchez, y presentada por la profesora Pilar Quiroga, hizo un recorrido por la historia de la hipnosis, cuestionó ciertos mitos y definió el concepto y sus aplicaciones.

El profesor González Ordi comenzó señalando que la sesión pretende mostrar “qué aplicaciones clínicas con evidencia tiene la hipnosis y sus adaptaciones a terapias cognitivo conductuales, psicodinámicas y asistentes. Estamos aquí para romper ciertas ideas previas y contextualizar los inicios de esta técnica”.

 

Para el profesor de la Universidad Complutense de Madrid, “la hipnosis está en el nacimiento de la Psicología y la mayoría de los padres de esta disciplina han hecho, estudiado o escrito sobre ello”. Por eso, la primera parte de la conferencia versó sobre el posicionamiento de autores clásicos ante esta técnica, destacando las aportaciones de Ivan P. Pavlov, Wilhelm Wundt, William James, Santiago Ramón y Cajal, Alfred Binet, Alexander R. Luria, Clark L. Hull, Joseph Wolpe o Sigmund Freud, entre otros, quien, según González Ordi, “nunca rechazó la hipnosis, aunque veía que los cambios y el aprendizaje que se alcanzaba con ella duraban muy poco”.

 

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Posteriormente, la exposición estuvo centrada en desmitificar siete creencias habitualmente extendidas en la sociedad sobre esta técnica. En este sentido, se desacreditó la idea de que la hipnosis era una forma de sueño que implicaba la pérdida de consciencia; que el hipnotizador tiene un ‘poder especial’ para inducir hipnosis; que el individuo hipnotizado no puede mentir; que, durante la hipnosis, el sujeto realiza cualquier cosa que el hipnotizador le pida; que la hipnosis supone la pérdida del control del comportamiento; que es peligrosa o, finalmente, que esta técnica crea dependencia. Héctor González argumentó la falsedad de estas cuestiones, aunque puntualizó que el último mito debe matizarse ya que sí puede generar cierta rutina “especialmente en el campo del dolor, tanto en el dolor crónico como en el agudo”, recordando que la hipnosis existe “para ayudar al paciente”.

 

Finalmente, la sesión concretó la definición de hipnosis, partiendo del momento en el que adquiere más peso. “La hipnosis empieza a obtener relevancia cuando, en los años 50, accede a los laboratorios de psicología experimental, ya que, hasta ese momento, era una herramienta médica. El crecimiento es exponencial a principios de este siglo, momento en el que aparecen los estudios de eficacia clínica”, señaló González Ordi. En este sentido, el psicólogo clínico concretó tres definiciones, distinguiendo, en la primera de ellas, los rasgos que diferencian el concepto hetero-hipnosis del de auto-hipnosis. En segundo lugar, “la hipnosis es un estado de consciencia que implica focalización de la atención, reducción de la atención periférica y que se caracteriza por una mayor capacidad de respuesta a la sugestión” y, por último, una tercera acepción del término vinculada a la “hipnosis espontánea como experiencia psicológica episódica de intensa absorción”.

 

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