La XXXIV Semana de Teología Pastoral aborda el Evangelio de lo social

Bajo el título 'El Evangelio de lo social', el Instituto Superior de Pastoral (ISP) celebró en Madrid la XXXIV Semana de Teología Pastoral, en la que realizó un análisis sociológico de la realidad a la luz del Evangelio de la mano de profesores y expertos conocedores de las distintas realidades sociales. La sesión inaugural contó con la participación del decano de Teología, Francisco García Martínez; el director del ISP, Lorenzo de Santos, y el coordinador de la Semana, el profesor Juan Pablo García Maestro (23-25 de enero).

En la inauguración, el director del ISP recordó el objetivo de las jornadas desde su inicio en 1989, “con el deseo de seguir ofreciendo una reflexión teológico pastoral según el espíritu del Concilio Vaticano II y con la impronta del actual papa Francisco”. Así, Lorenzo de Santos expresó su confianza en que las ponencias “supongan un aporte provocador a la reflexión pastoral, una comunicación desde las distintas realidades eclesiales, un conocimiento de las respuestas que se están dando en la Iglesia ante los diferentes ambientes de exclusión social, y una celebración de estas situaciones con la eucaristía y las oraciones”.

 

En la misma línea, el decano de Teología, Francisco García Martínez, consideró que esta Semana no puede quedarse en una auto-referencialidad de pensamiento, sino que las ponencias requieren que sean alentadoras y provocadoras, pues el “Evangelio siempre produce dolor, acogida y rechazo; y hablar del Evangelio de lo social debe provocar atracción y rechazo”.

 

La inauguración terminó con las palabras del coordinador de la Semana, Juan Pablo García Maestro, que destacó la importancia del tema: el Evangelio de lo social, “por ser un aspecto muy oportuno en la Iglesia y en el mundo actual, ya que creer en Jesús significa practicar la justicia, por lo que una Iglesia que no se pone al lado de los excluidos, debe replantearse su modo de vivir la realidad del Evangelio”.  Además, considera que hay que afrontar esta tarea con un espíritu sinodal, junto con los no creyentes y con los creyentes de otras religiones.

 

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La primera ponencia de la Semana corrió a cargo de Francisco Lorenzo, profesor del Departamento de trabajo social de la UNED, quien ha presentado un panorama de la pobreza y la exclusión social en España hoy, así como las características del modelo de sociedad que hay detrás: individualista, mercantilista y hedonista.  Frente a esta realidad social, el profesor Lorenzo ha añadido que “los cristianos hemos de hacer una lectura creyente, lo que implica quedar afectados por estas situaciones de exclusión, mostrar la indignación ante ello, dar protagonismo a las personas que lo sufren y realizar gestos concretos de amor que respondan a esos conflictos”. Y ante estos retos, propone la confianza, el valor de la comunidad, el testimonio, el desarrollo integral y la confianza.

 

La sesión vespertina comenzó con la mesa redonda, donde se mostraron distintas experiencias religiosas: María Yela, en la pastoral penitenciaria; Juan Manuel Medina, en el mundo rural, y Karina Navarro, en los grupos juveniles de las bandas, coincidiendo en un punto: la necesidad de acompañar a las personas en su situación vital.

 

Primera jornada

La primera jornada finalizó con la ponencia de José Alberto Garijo, profesor de la Facultad de Teología de la UPSA, quien expuso la dimensión profética de la fe, desde las señales del profeta hoy: “Persona que se deja llevar por el viento del Espíritu, que transmite una palabra ante las situaciones, que lo realiza con belleza que atraiga, que forma parte del mensaje que transmite al implicarse en él, que sabe interpretar la historia respondiendo a la realidad que interpela, y que suena como una trompeta porque anuncia lo nuevo transmitiendo esperanza”.

 

Antes de iniciarse las sesiones, los participantes celebraron una oración centrada en el “ver, oír y sentir” de Dios, recogiendo el texto bíblico del libro del Éxodo donde se narra la situación del pueblo de Israel, para meditar y rezar ante las situaciones de marginación y esclavitud que vive también la gente de hoy; por eso, recordando a Monseñor Romero, “la Iglesia no puede ser sorda ni muda ante el clamor de millones de hombres que gritan liberación, oprimidos de mil esclavitudes”.