Miguel Coronado: “Los profesionales sanitarios han sido capaces de reinventar el sistema para dar respuesta a la emergencia social”

Afirma, entre bromas, que no podría vivir sin helicópteros y, aunque lo vea como una suerte en su profesión, su trabajo y destreza en este medio es esencial para salvar vidas. Miguel Coronado, antiguo alumno de la Facultad de Enfermería y Fisioterapia Salus Infirmorum de Madrid, convive con el riesgo de robarle minutos al tiempo para llegar a los pacientes que solicitan la ayuda del Servicio de Urgencias Médicas de la Comunidad de Madrid (SUMMA). Afirma que, pese a los avances, esa es la tarea pendiente de la tecnología sanitaria. Aficionado a surf, karting y submarinismo, valora la honradez y la honestidad por encima de todo y considera que, en plena juventud, aprender de los sanitarios más veteranos es la mejor herencia para llegar con cariño y empatía a las personas más vulnerables.

Pregunta (P): ¿Cuál ha sido su evolución profesional en el ámbito de la Enfermería? ¿Cuáles son las actuaciones más frecuentes que realiza en el Servicio de Urgencias Médicas de Madrid (SUMMA)?

Respuesta (R): Comencé a ejercer la Enfermería hace siete años y he desarrollado mi trayectoria profesional adquiriendo destrezas técnicas y conocimientos a través de la formación continuada, esencial para crecer profesionalmente y brindar un buen cuidado a nuestros pacientes. 

 

Durante mis primeros años trabajé en Atención Especializada del Hospital General Universitario Gregorio Marañón y en el Hospital Universitario La Paz, donde estuve en un equipo multidisciplinar con un colectivo sanitario y estudié el Máster de Urgencias, Emergencias y Cuidados Críticos y el curso de Tripulante HEMS (Helicopter Emergency Medical Service) necesario para poder trabajar en un helicóptero sanitario. 

 

Posteriormente, dediqué dos años y medio a la Atención Primaria en el Centro de Salud Cadalso de los Vidrios (Atención Primaria Rural), donde aprendí el concepto de Enfermería Independiente y apliqué cuidados individualizados e integrales, no solo por el valor profesional sanitario, sino también como labor social. En esta etapa acompañé a los pacientes y traté de comprender sus realidades, porque la salud es un concepto integral y son muchos los factores que influyen en el proceso de recuperación de una persona. Por último, me incorporé, donde ejerzo actualmente, al Servicio de Urgencias Médicas de la Comunidad de Madrid (SUMMA 112). 

 

Nuestras actuaciones como servicio de urgencias extrahospitalarias dependen del recurso en el que estemos destinados. Las UVIs del centro de Madrid tienen asignados los domicilios, ya que el SAMUR hace vía pública, mientras que en las UVIs periféricas nos encargamos tanto de los domicilios como de la vía pública, por lo que en los casos periféricos hay más variedad de avisos. 

 

Generalmente, en las UVIs del centro de Madrid, los avisos suelen estar relacionados con el paciente mayor, pluripatológico y polimedicado que presenta, habitualmente, descompensación, síntomas como disnea, dolor o fiebre. En cambio, en las periféricas, nuestra población diana es más joven y, especialmente en la vía pública, podemos encontrar accidentes de tráfico, accidentes laborales, crisis comiciales… es decir, una gran variedad de avisos. 

 

Por último, somos un servicio de respuesta inmediata ante patologías tiempo-dependientes como son el Código Infarto, el Código Ictus, el Código Politrauma, el Código Sepsis y el Código 0 (Donante en Asistolia), que se retomó hace unos meses.

 

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(P): Tras la COVID-19, ¿Ha cambiado en estos últimos años la forma de atender las urgencias médicas? ¿cómo vivió usted los meses más intensos de la pandemia? 

(R): Los profesionales sanitarios han sido capaces de reinventar el sistema sanitario para dar respuesta a esta emergencia social. Y las enfermeras, en todos los hospitales, centros de salud y residencias han sido las que han liderado la implementación de todos los procesos y circuitos con generosidad y absoluta entrega. Han innovado para garantizar todos los cuidados profesionales que requerían las personas con COVID-19 y sus familias, que han vivido angustiadas los procesos asociados al virus en sus seres más queridos sin poder estar a su lado. A pesar de los cambios constantes de protocolos, las enfermeras han gestionado estas modificaciones en todas las unidades y siempre han estado al lado de las personas que necesitaron de sus -nuestros- cuidados, su apoyo y de su acompañamiento.

 

Como el resto de mis compañeros, arrimé el hombro y trabajé en varios sitios a la vez. Cuando comenzó la pandemia, pedía días de vacaciones en el Centro de Salud para poder hacer guardias en el SUMMA 112. Fueron meses complicados para todos, donde veíamos el imparable avance de una situación devastadora nunca antes vista por nuestra generación. 

 

Sin embargo, el optimismo y el ánimo de los profesionales nunca decayó; la clave para resistir en aquellos momentos fue darnos alas unos a otros. Como parte positiva, con el avance de la pandemia, se construyeron nuevos centros (Hospital Isabel Zendal, entre otros) y, con ello, surgió la necesidad de equiparlos de personal.

 

(P): ¿Cómo gestiona un profesional como usted el estrés de la atención de las urgencias médicas a pie de calle? ¿Qué habilidades debe tener una persona que quiera enfocar su carrera profesional hacia esta parte asistencial de la enfermería?

(R): Tiene que demostrar capacidad de reacción, iniciativa y liderazgo ante situaciones de urgencia y emergencia, así como en Incidentes de Múltiples Víctimas (IMV). También ha de posicionarse para ejercer labores docentes -fundamental para la perpetuación y evolución de nuestra profesión- y ayudar a desarrollarse a los demás al mismo tiempo que se alcanzan objetivos desafiantes. 

 

Por último, no hay que olvidar la gran capacidad de adaptación a los nuevos retos y a los constantes cambios tecnológicos y sociales, demandados por la evolución de los hábitos de consumo y estilos de vida.

 

(P): Usted trabaja en una UVI Móvil y, en numerosas ocasiones, en el helicóptero medicalizado, ¿hacia dónde se deberían enfocar los avances en la primera asistencia de una urgencia? ¿En qué cuestiones hemos mejorado notablemente?

(R): Deberíamos enfocarnos en disminuir el tiempo de respuesta al mínimo posible, garantizando una óptima asistencia desde los primeros minutos, ya que en patologías tiempo-dependientes, como el infarto agudo de miocardio o el ictus, es un factor determinante. 

 

Hemos mejorado en muchos aspectos: los vehículos evolucionan y ello nos permite ir mejor equipados en cuanto a material fungible y electromedicina, y hemos avanzado también en la atención holística del paciente, teniendo la posibilidad, desde hace relativamente poco, de establecer planes de cuidados en la emergencia. Las nuevas generaciones tenemos la suerte de aprender de los más veteranos y de seguir su ejemplo en el trato con el paciente, la cercanía y la empatía, valores que se transmiten y se heredan en esta profesión.

 

Personalmente, me siento muy orgulloso de que, con nuestro esfuerzo y sacrificio nos ganemos el cariño de miles de personas cada día en el peor momento de sus vidas, la enfermedad. 

 

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(P): ¿Cómo recuerda su paso por las aulas de la UPSA?, ¿qué recomendación daría a los estudiantes que se preparan ahora para ser enfermeros?

(R): El principal motivo para estudiar Enfermería es tener claro que quieres hacer de esta profesión tu vocación. Esta debe ser la razón fundamental. 

 

La labor del personal de Enfermería está estrechamente vinculada con los usuarios de los servicios de salud, por lo que se trata de una carrera perfecta para quienes busquen esa cercanía del día a día con los pacientes. No hay que olvidar que estudiar Enfermería contribuye al crecimiento personal porque no solo se adquieren conocimiento teóricos-prácticos, sino que también ayuda a desarrollar ciertas actitudes como la empatía.

 

Se trata de una carrera que ofrece varias posibilidades laborales desde el trabajo en la sanidad pública a instituciones privadas como hospitales, residencias o centros de día. La Enfermería tiene un carácter docente arraigado entre sus profesionales y es habitual que los compañeros aprendan entre ellos, sobre todo, que los más experimentados enseñen a los alumnos de prácticas o a los que se especializan.