Rebeca Eleonora Cáceres: “Se demandan alimentos menos procesados, con ingredientes reconocibles y etiquetados fáciles de entender”
Aún no ha terminado sus estudios de Grado en Nutrición Humana y Dietética en el Campus de Madrid de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) y Rebeca Eleonora Cáceres Rodríguez, alumna de segundo curso, tiene muy claro que su formación coincide con sus expectativas y sus planes de futuro. Recién llegada de El Salvador, donde ha cursado los primeros años de esta especialidad, considera que venir a España, en un momento donde la alimentación empieza a hacerse un hueco en la vida de las personas, ha sido todo un acierto. Y no solo por lo que ella pueda aprender, que también, sino por lo que pueda enseñar y ayudar a los demás a focalizar la excelencia de una dieta sana en medio de una vida acelerada. Confiesa que su familia le alimenta el alma y que un buen desayuno, además de ser ya una tradición casera, es el mejor momento del día para afrontar cualquier contratiempo. ¿Su sueño? Trabajar en una empresa alimentaria para colaborar en los procesos de control de calidad y desarrollo de productos o ayudar a las personas que, desde el ámbito hospitalario, puedan optar a tener una pronta recuperación después de cirugías o enfermedades graves. Retos que Rebeca Eleonora Cáceres comparte de manera semipresencial y que, desde ya, le abren muchas puertas ante un mundo cambiante.

Preguntas (P): ¿Qué le impulsó a estudiar el Grado en Nutrición Humana y Dietética (Semipresencial) que imparte la UPSA en el Campus de Madrid?, ¿qué aspectos son los que más valora de la Universidad?
Respuesta (R): He estado dos años cursando el Grado en Nutrición y Dietética en la Universidad Evangélica de El Salvador, donde me impulsaron mucho para tomar la decisión de seguir con mis estudios fuera del país y a los que agradezco enormemente todo el aprendizaje enseñado.
Lo que buscaba era una universidad que pudiera ayudarme a continuar el esfuerzo que había realizado previamente en mi país y, de todas las opciones, decidí estudiar en la Universidad Pontificia de Salamanca en su Campus de Madrid, ya que al acercarme a ver las instalaciones y hablar con las autoridades correspondientes, me expresaron el entusiasmo que tenían por el nuevo Grado en Nutrición y me explicaron que su plan de estudios era el más actualizado de todas las universidades del país, así como el buen currículo del claustro docente.
Ese entusiasmo y la ayuda que me brindaron en ese momento me hizo sentir muy bien recibida, dándome la seguridad de que aprendería de los mejores en el área; eso ha sido así hasta el momento y estoy segura de que será durante toda mi carrera.
También me decidí por la calidad de la institución, su asesoramiento en todo momento, facilitando mi homologación e integración de los años previos estudiados en mi país y me hicieron sentir parte de la Universidad.
(P): ¿Cuál es -o cuál ha sido- la asignatura favorita o la temática que más le ha gustado?
(R): Mi asignatura favorita hasta el momento ha sido Alimentación y Cultura porque me gusta poder aprender cómo influye nuestro entorno en las decisiones que tomamos cada día en la alimentación, desde la primera comida hasta la última.
Este aspecto no solo se ve condicionado por nuestro país o nuestra familia, sino también por nuestros antepasados y sucesos históricos que han marcado un antes y un después tanto en la forma de la preparación de los alimentos como en los ingredientes que se han ido añadiendo conforme ha pasado el tiempo.
(P): ¿Hacia dónde cree que se dirigen las nuevas tendencias en nutrición y dietética?
(R): Durante los últimos años se ha puesto aún más de moda el estilo de vida ‘healthy’. La pandemia, con la cuarentena y el confinamiento en muchos países, ha impulsado aún más esta tendencia.
En mi opinión, últimamente se están dirigiendo hacia un enfoque más personalizado y sostenible. Con personalizado, me refiero a todos los avances científicos y tecnológicos que han desarrollado una nutrición de precisión, que adapta las recomendaciones dietéticas según el perfil genético, metabólico y microbiológico de las personas.
Ahora existen Apps y dispositivos de monitoreo e incluso la IA que están siendo usados para mejorar la educación nutricional, seguimiento de dietas y personalización de planes alimentarios.
Además, se observa un incremento en el desarrollo de proteínas alternativas, como las vegetales, cultivadas o de insectos. Hoy en día también existe una generación que toma mayor importancia al impacto ambiental de los alimentos, promoviendo dietas con menos huella ecológica, lo cual incluye consumir productos locales, de temporada y minimizar el desperdicio alimentario.
Por otra parte, existe un creciente interés en la relación entre la microbiota intestinal y la salud general, lo que permite que se promuevan alimentos fermentados, prebióticos y probióticos y obligue al mercado alimenticio a replantear formas de elaboración de los alimentos.
Las nuevas tendencias se dirigen a un enfoque integral que incluye el estado de salud mental, lo cual ha provocado que se empiece a considerar la nutrición no solo como una herramienta física, sino también como parte del bienestar emocional. Tendencias como el mindful eating o alimentación consciente están ganando fuerza, así como el movimiento realfooding o también llamado ‘come comida real’, aunque genera muchas controversias ya que se basa principalmente en la reducción o eliminación de ultraprocesados en la dieta. Ahora hay un aumento en la demanda por alimentos menos procesados, con ingredientes reconocibles, y una preferencia por etiquetados más transparentes y fáciles de entender.
(P): ¿En qué cuestiones cree que afectarán las nuevas tecnologías al ámbito nutricional?
(R): Las nuevas tecnologías están transformando profundamente el ámbito nutricional, afectando desde la investigación científica hasta la práctica clínica y los hábitos cotidianos de alimentación.
Como mencionaba antes, ahora existe una nutrición individualizada y de precisión, ya que, con el análisis genómico, epigenético y de microbiota es posible diseñar dietas adaptadas a las características individuales, ayudando así a la prevención y el tratamiento de enfermedades. Igualmente, las herramientas de IA, que analizan grandes volúmenes de datos, generan recomendaciones nutricionales personalizadas en tiempo real.
Por otra parte, existe el desarrollo de aplicaciones móviles y dispositivos de seguimiento como las de conteo calórico, escáneres de alimentos y relojes inteligentes que ayudan a las personas a monitorear su ingesta, actividad física y parámetros como la glucosa o la hidratación. Así, el desarrollo tecnológico en la producción de alimentos se traduce en la impresión de alimentos, cultivo celular de carne y fermentación de precisión para crear alternativas sostenibles y adaptadas a necesidades específicas. Incluso por medio de códigos QR y etiquetas digitales se puede ofrecer información detallada sobre ingredientes, valores nutricionales, sostenibilidad y origen, mejorando la transparencia para el consumidor.
En conclusión, la información hoy está a la mano de cualquier grupo etario que posea un dispositivo electrónico y conexión a internet, lo cual se vuelve un desafío ya que, sin una guía profesional y adecuada al contexto de cada uno, puede provocar un serio daño a la salud de las personas.
(P): Como sociedad avanzada, ¿cree que sabemos alimentarnos correctamente?
(R): Hoy tenemos más acceso que nunca a información sobre nutrición, pero eso no significa necesariamente que sepamos alimentarnos correctamente. Sabemos más, pero no siempre lo aplicamos bien. Como sociedad, estamos en camino, pero aún enfrentamos desafíos educativos, culturales y estructurales para que el conocimiento nutricional se traduzca en hábitos reales y sostenibles. La clave está en combinar educación, acceso y consistencia.
Es cierto que ahora existe una mayor conciencia sobre la salud, hay más personas que están más interesadas en comer bien, prevenir enfermedades y mantenerse activas. También existe más disponibilidad de información en internet, apps, redes sociales y profesionales de la salud que nos permiten conocer rápidamente los principios de una dieta equilibrada. Igualmente, hay opciones más variadas, una mayor oferta de productos saludables, etiquetado nutricional y alternativas para necesidades específicas (sin gluten, vegano, bajo en azúcar, etc.).
Pero también hay mucha desinformación y contradicciones. El exceso de información, muchas veces sin base científica, confunde a las personas (dietas milagro, mitos alimentarios, influencers sin formación). Del mismo modo, se vive un estilo de vida acelerado, donde el estrés, la falta de tiempo y estándares de belleza inalcanzables dificultan mantener una alimentación equilibrada. Tampoco podemos dejar de mencionar las desigualdades socioeconómicas, pues saber alimentarse bien no siempre implica poder hacerlo. Muchas familias tienen acceso limitado a alimentos frescos o saludables por razones económicas o geográficas.
(P): ¿Qué le recomendaría a un estudiante que está dudando en cursar o no con nosotros el Grado en Nutrición Humana y Dietética semipresencial en el futuro?
(R): Le recomendaría que valore esta opción con calma y sin prisa, pero teniendo en cuenta varios factores que podrían ser decisivos.
Primero, la formación sólida y la trayectoria reconocida en el ámbito de la salud, lo que da confianza en la calidad académica del Grado. Además, la semipresencialidad es una gran ventaja si necesitas compaginar los estudios con otras responsabilidades o si necesitas trabajar o hacer otra cosa, ya que te ofrece la flexibilidad sin renunciar al contacto directo con profesores y compañeros, algo que enriquece mucho el aprendizaje.
En segundo lugar, destacaría la cercanía con la Universidad y sus docentes, el trato personalizado y el acompañamiento constante que brindan al alumnado. Mi consejo es que piensen en sus objetivos personales y profesionales, si se adapta al estilo de vida que buscan y si se sienten motivados y apasionados por la nutrición. Si la respuesta es sí, pues esta Universidad es un buen lugar para comenzar, crecer, aprender y prepararse en un área que tiene cada vez más importancia en nuestra sociedad.