Santiago García-Jalón: “Intentamos ofrecer una Universidad que de verdad contribuya al progreso social cumpliendo su función propia”

Han pasado ya dos años desde que los obispos españoles confiaron en Santiago García-Jalón la tarea de liderar la Universidad Pontificia de Salamanca. Desde el primer momento aseguró que lo haría con tranquilidad y paciencia, dos virtudes que lo definen y que, con el tiempo, se han acentuado. Cruzarle en los pasillos a algunos puede imponer, pero quienes lo tratan a diario son testigos de su inteligencia serena, su refinamiento y su espontáneo sentido del humor. Rehúye los conflictos y los enredos universitarios, y prefiere siempre el diálogo y la calma. Su manera pausada de hablar y de caminar proyecta la misma serenidad que intenta transmitir a la institución que dirige. Apasionado lector de novela policíaca, García-Jalón encuentra también en su colaboración diaria con la Casa Materno Infantil Ave María, en Santa Marta de Tormes, un espacio de desahogo personal y de contacto con la realidad cotidiana. Allí, el trato con las familias y la alegría de los niños le recuerdan, como él mismo confiesa, “lo que realmente importa”.

Pregunta (P):Al principio de su mandato ofreció los dos ingredientes fundamentales para afrontar el papel de Rector de la Universidad: tranquilidad y paciencia. Ha sumado ambos para emprender este reto, sin abandonar la serenidad que le caracteriza. En julio, cumplió dos años como Rector. ¿Mantiene la tranquilidad, la paciencia y la serenidad todavía? 

 

Respuesta (R): Las he aumentado porque, pasados dos años, uno empieza a tomar las medidas al trabajo y, entonces, uno tiene que distinguir entre los que son pequeños incidentes o cuestiones del día a día y las metas que la Universidad debe alcanzar. Los primeros le inquietan a uno más porque son cuestiones que le afectan a personas concretas de la Universidad, pero son los que menor importancia objetiva tienen porque uno se va acostumbrando a tomar las medidas de manera más reflexiva y tranquila, sin que le distraigan de esas metas a las que la Universidad tiene que llegar. 

 

(P): ¿Qué balance hace de este tiempo al frente de la Universidad? 

(R): Por una parte, hemos cumplido algunos objetivos como incrementar el número de estudiantes, organizar y promover la investigación, empezar titulaciones nuevas y diseñar otras futuras y, por otra parte, sin embargo, hay otras cuestiones que van mucho más lentas de lo que yo creía, como pueden ser el impulso a la Capellanía, robustecer la implicación de todos los profesores en las metas de la Universidad…Esto va un poco más despacio de lo que me gustaría, porque es más complicado de lo que había imaginado.

 

(P): Siempre ha reconocido que tiene un gran equipo a su lado y una altísima implicación con la institución de todos los que forman parte de la comunidad universitaria. En este tiempo, la Universidad ha intensificado las acciones para crear comunidad; hermandad en la Universidad, como la reciente edición del UPSAFest, en la que han participado cerca de 1.500 personas, en su mayoría estudiantes, o encuentros musicales de índole cultural abiertos al público. ¿Cuáles son sus sensaciones al respecto? 

(R): La primera es que me ratifico en lo dicho. Desde luego, mi equipo trabaja y trabaja mucho y, no solamente siguiendo instrucciones mías, sino proponiendo iniciativas, resolviendo problemas o planteándome cuestiones que hay que afrontar y, en ese sentido, les estoy muy agradecido por su lealtad personal a mí y a la Universidad. Y, después, sin que falten excepciones -porque esta es una casa que adquiere ya unas dimensiones considerables-, pero sí creo que quienes trabajamos en la Universidad, la sentimos como un lugar propio por la que uno se sacrifica y pone al servicio todo lo que puede de imaginación, empeño…Y esto, insisto, se da de carácter general en la Universidad.

 

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(P): Dos desafíos que se marcó como prioritarios son mejorar la investigación y la calidad docente. Desde entonces, la Universidad ha dado pasos importantes en este sentido. ¿Podría explicar estos avances?

(R): En investigación, se ha implantado un plan de estímulos que es muy generoso y está dando resultados en el incremento del número de proyectos de investigación que se han solicitado o, por ejemplo, en el número de sexenios obtenidos por los profesores y en el número de acreditaciones que los profesores van consiguiendo también. 

 

En cuanto a la docencia, me parece que aún nos queda pendiente retocar más este Plan Docentia para que encontremos el modo de evaluar de verdad la calidad de la docencia y no solo servirnos de unos parámetros objetivos, pero que quizá no sean los idóneos para ver hasta qué punto somos eficaces. De todas formas, los resultados de los rankings nos avalan como una Universidad de una calidad docente muy alta: el Ranking CYD nos sitúa entre las mejores universidades de España en la actividad docente y la mejor de Castilla y León.

 

(P): La UPSA, además de tradición y prestigio, está impregnada de modernidad. Esta apuesta por la vanguardia se manifiesta este año también en sus edificios y remodelación de infraestructuras con dos grandes edificios. Por un lado, la reforma integral de la Facultad de Psicología y por otro, el edificio Germán Sánchez Ruipérez, que albergará dos grados de la Facultad de Ciencias de la Salud… 

(R): Esta es una exigencia de la Universidad, el ir reformando y actualizando sus instalaciones; y debemos mucho al arquitecto de la Universidad, que lleva a cabo con verdadera pericia toda esa integración de lo moderno en lo clásico y también se cuidan mucho este aspecto con verdadera maestría en las reformas de la Facultad de Psicología y en el edificio Germán Sánchez Ruipérez.

 

Nos quedan pendientes ahora dos grandes proyectos. Por una parte, afrontar la reforma de las plantas superiores del ala norte del edificio de la sede Central, y por otra, emprender construcciones nuevas en el Campus Champagnat. 

 

(P): Usted es un hombre de saberes, pero tendente a las ‘Humanidades’ y, aunque se piense lo contrario, estas ‘nunca pasan de moda’. Este año, se incorpora a la oferta académica el Grado en Historia online. ¿Cuáles cree que pueden ser las titulaciones futuras en la Universidad? 

(R): Tenemos que ir muy paso a paso porque hemos lanzado nuevas titulaciones, como el Grado en Filosofía, que está funcionando muy bien; hemos comenzado con la de Historia, que está ofreciendo resultados muy prometedores. Y, por inclinación propia, me gustaría instaurar alguna titulación de Filología, bien sea a través de un instituto o un máster en la antigua Filología Trilingüe que esta casa tuvo, bien sea en el área de Filología Hispánica con cuestiones de lingüística, de comunicación, etc., en colaboración en parte con la Facultad de Comunicación. Pero insisto, eso es algo que a mí me gustaría y que habrá que esperar a que todo se asiente. 

 

(P): Es un hombre de diálogo y no le gusta formar parte de polémicas insulsas y estériles, pero, ¿qué se necesitaría para evitar ese enfrentamiento entre la universidad pública y privada?

(R): No creo que haya demasiado enfrentamiento. Nosotros, por ejemplo, en Castilla y León tenemos un diálogo muy constante, muy relajado y muy fecundo de instituciones públicas e instituciones privadas considerándonos todos parte del sistema universitario de Castilla y León. 

Es verdad que puede haber personas que crean que la universidad pública debe ser la única existente. Ese es un modelo vigente en algunos países que no da muy buenos resultados. De hecho, en los rankings universitarios las mejores universidades son siempre universidades privadas. Pero yo creo que no se trata de buscar oposición, confrontación, de decir privado o público; se trata de que todos mejoremos por conseguir una universidad de calidad, porque cuando a veces se ven pintadas que dicen: “Universidad pública y gratuita” y, hombre, a ser posible, buena. 

 

(P): La UPSA posee una identidad propia: católica, solidaria y de contribución a la sociedad, que ayuda a los demás en su profesión futura. La juventud o quizá la inmadurez tiende a ser finalista: obtener un título universitario, pero hay muchas cuestiones que evidencian que no suele ser así. ¿Cree que el alumnado de la Universidad Pontificia, en términos generales, es consciente de que la UPSA les ofrece una formación humanista, centrada en la ayuda a las personas?  

(R): Creo que la conocen. Como es natural, uno desearía que la conocieran más profundamente, que les impregnara más, que se percataran de que, en realidad, como decía Newman, la función de la Universidad en último extremo es formar personas que sean responsables de sus propias opiniones y que, para eso, emitan opiniones fundadas, pensadas y que aporten algo. En general, por la tasa de participación en iniciativas sociales, creo que nuestro alumnado es bastante activo. Podría serlo más, debería serlo más, pero por el momento es satisfactorio ese grado de participación y de implicación, insisto, en iniciativas sociales.

 

(P): Para finalizar, ¿cuáles son los proyectos más inmediatos?, ¿en qué cuestiones le gustaría avanzar en estos momentos?

(R): Por una parte, valorar las titulaciones que ya tenemos, tanto de grado como de máster y conseguir que esas titulaciones alcancen un nivel de matriculación holgado y suficiente, el que responde a la calidad que ofrecemos. Por otra, ir progresando en ofrecer una Universidad que de verdad contribuya al progreso social, cumpliendo su función propia, que es que contribuya al debate intelectual, al debate cultural y que lo haga de ese mismo modo, un modo relajado, tranquilo, pero aportando algo propio, distinto, que sea de verdad una aportación y no la mera repetición de lo que ya otros han dicho.