Antonio Crego: “Procurar el bienestar requiere de una parte emocional y otra de actividad, de cómo cuidas de tu cuerpo”

El profesor de la Facultad de Psicología de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) Antonio Crego pregona con el ejemplo. Su serenidad y actitud positiva ante la realidad encajan perfectamente con su quehacer docente e investigaciones diarias. Como codirector del Proyecto de Investigación MSC (Mindful Self-Compassion) Health y director del Doctorado Oficial en Bienestar Psicológico y Calidad de Vida, Crego apuesta por alcanzar un equilibrio entre lo psicológico, lo biológico, lo corporal y la actividad que cada uno realice, aspecto que traslada a sus proyectos y aportaciones académicas. Aficionado a la fotografía y la lectura, señala que la amabilidad y el afán de conocer cosas nuevas mejoran su vida, algo que recomienda, junto a la práctica continuada de 'mindfullness', para alcanzar un mayor bienestar físico y emocional. Además, Antonio Crego confiesa que para conectar con la realidad siempre intenta buscar un sentido estético en las escenas cotidianas y recuerda que cuidarse y tratarse bien a uno mismo permite que la visión de nuestro entorno sea mucho más afable. No ha conseguido aún la fórmula de la felicidad, pero seguro que con las pautas que ofrece en esta entrevista nos acercaremos, si cabe, un poquito más a ella.

Pregunta (P): Usted codirige el Proyecto de Investigación MSC (Mindful Self-Compassion) Health, en el que han realizado un estudio de 12 meses a un grupo de población normal y a un grupo de control. ¿Qué conclusiones se extraen de la práctica continuada de mindfulness?

Respuesta (R): Es un proyecto muy interesante. Se sabe ya que hay evidencia sobre la eficacia de los programas de mindfulness; por ejemplo, la Asociación Americana de Psicología pone a prueba distintos tratamientos para diferentes problemas psicológicos, como la Terapia Cognitiva basada en Mindfulness, que es eficaz en la depresión. También en el Instituto de Excelencia Clínica de Gran Bretaña elaboran listados de tratamientos y el programa de Terapia Cognitiva basada en Mindfulness también posee una evidencia clave, incluso la sanidad británica asegura que es una prioridad implementar este tipo de programas en la sanidad pública. Además, está comprobado que los programas de mindfulness de ocho semanas tienen eficacia en determinados tratamientos. 

 

Nosotros hemos ido más allá y hemos ofrecido a los participantes del proyecto una práctica continuada de todo un año, donde hemos visto que, efectivamente, a las ocho semanas se produce un cambio significativo en los niveles de ansiedad y depresión -disminuyen- en el nivel percibido del estrés, mejoran indicadores de salud mental… Todo esto ocurre a las ocho semanas, pero la práctica continuada consigue que estos niveles se mantengan estables e incluso que vayan mejorando poco a poco. 

 

Además, los participantes en el proyecto aseguran que ha habido un cambio significativo en sus vidas (…) y que se sienten mucho mejor. También hemos apreciado que hay cambios que no se producen a la misma velocidad, por ejemplo, los que tienen que ver con la salud mental (ansiedad o depresión) son más rápidos, pero los relacionados con la variable de la felicidad requieren más tiempo, unos seis meses.

 

Otra conclusión muy destacable es la importancia de la frecuencia y regularidad en la práctica de mindfulness y no tanto la cantidad del tiempo. Si se practica todos los días un poquito (10-15 minutos), tiene un efecto positivo y va a notar que mejoran sus niveles de estrés, por ejemplo. 

 

(P): También es director del Doctorado Oficial en Bienestar Psicológico y Calidad de Vida que integra Psicología, Ciencias de la Salud y del Deporte, ¿por qué es necesario llegar a ese propósito desde una visión multidisciplinar?

(R): Esa naturaleza compleja que tiene el bienestar hace necesario que lo miremos desde distintas perspectivas: psicológica, ciencias de la salud o incluso desde las ciencias del deporte porque hay muchos factores que influyen en el bienestar. Por ejemplo, uno de ellos que es clave, es la conexión social: sentirte parte de un grupo, integrado y querido.  

 

En nuestras investigaciones hemos identificado también otro factor importante como tratarse bien uno mismo: ser amable con uno mismo frente a ser demasiado autocrítico, estar continuamente pensando mal de uno mismo o exigiéndose demasiado.  

 

Una pregunta que hicimos a los participantes en la investigación es: ¿Qué has hecho esta semana para cuidar de ti? También en el bienestar está presente la dimensión “hacer” y esto implica hábitos de vida saludable como una buena higiene del sueño, buenas pautas de alimentación, ejercicio físico, etc. Procurar el bienestar de alguien requiere de la parte emocional y otra parte de actividad, de acción, de cómo cuidas de tu cuerpo. 

 

Hoy en día, se sabe que hay una interacción muy importante entre lo psicológico, lo biológico, lo corporal y la actividad que uno realiza. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud como un estado de bienestar completo con estos tres factores. 

 

Además, hay otra razón importante: en la actualidad, la investigación requiere de grandes equipos de profesionales (psicólogos, enfermeros, médicos, personal de ciencias de la actividad física y del deporte) que trabajan de forma coordinada. En uno de los proyectos que da soporte al Programa de Doctorado intentamos ver cómo el estrés continuado puede tener un impacto sobre la respuesta inmunológica y sobre algunos biomarcadores de salud cardiovascular. En este sentido, los entrenamientos de mindfulness pueden revertir algunos efectos del estrés. 

 

(P): La catástrofe de la DANA va a resentir la salud mental de muchas personas. Desde su especialidad, ¿qué herramientas puede utilizar una persona damnificada, para que su salud mental no se agrave?

(R): Es muy difícil dar una receta general porque las personas que la han sufrido se enfrentan a distintos tipos de problemas. La DANA en sí es un factor que puede predisponer a tener problemas como trastorno por estrés postraumático, porque es un acontecimiento traumático que marca un antes y un después en la vida de las personas; depresión -duelo por la pérdida de seres queridos y tristeza-; trastornos de ansiedad y el desarrollo de miedos a que vuelva a ocurrir, su futuro, etc. Realmente, recomendaría buscar ayuda profesional y de forma individualizada en función de la problemática personal. 

 

Dicho esto, también hay algunas líneas generales de actuación, como favorecer la expresión emocional. Es muy importante que las personas que han sufrido esta tragedia den salida a sus emociones: si se sienten tristes, con ansiedad, ira o rabia tienen que exteriorizarlo y comunicarlo. En definitiva, reconocer que la emoción está ahí, normalizarla y no bloquearla, dejar que salga fuera. 

 

Otra recomendación es el apoyo social: contar con otras personas y están a tu lado. Un abrazo muchas veces es más terapéutico que cualquier otra cosa. De hecho, en los primeros momentos, la queja principal de los afectados fue sentirse solos. 

 

Hay más recomendaciones como centrarse en el presente, en el día a día, no en el futuro; ofrecer ayuda a otras personas y ser solidario y, por supuesto, encontrar pequeñas cosas de valor en mitad de la tragedia como el heroísmo, rescates, solidaridad de los voluntarios. 

 

(P): ¿Qué valores identifica en la Facultad de Psicología de la UPSA respecto de otras universidades?

(R): La cercanía, el trato es muy cercano entre profesores y alumnos. A todos los profesores nos encanta conversar con ellos, escuchar sus ideas y, precisamente, una de las riquezas más grandes que tiene la Universidad son sus alumnos; son personas con mucho afán de conocimiento y nosotros también intentamos dar respuesta a esa gran motivación. 

 

Además, todos los profesores son muy vocacionales y no lo percibes como un trabajo, sino que forma parte de tu vida y le da sentido. Es muy estimulante la Facultad de Psicología en la investigación y esto es muy motivante y atractivo porque lo que explicas depende mucho de lo que investigas. En este sentido, la Facultad es un referente a nivel internacional en el estudio de programas de mindfulness y autocompasión.